Infosura (laminitis) en caballos
¿Tu caballo no se quiere mover de repente y cojea? En ese caso, toca llevarlo al veterinario. En este artículo te explicamos si puede tratarse de una infosura y qué significa esto para ti y tu caballo.
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El herpesvirus equino (EHV) está presente en todo el mundo y puede provocar distintos cursos patológicos. En este artículo te explicamos qué lo provoca, cómo proteger a tu caballo y qué hacer si enferma.
El herpes equino es una enfermedad vírica que afecta a caballos de todo el mundo. Aunque una infección de herpesvirus equino no necesariamente provoca un curso grave, hay que tomarse la enfermedad en serio.
Si se desarrolla esta enfermedad altamente contagiosa por estrés, se propaga en los establos epidémicamente. Los síntomas dependen de la forma del agente patógeno, siendo la neurológica la más preocupante. Provoca trastornos neurológicos por cuyas consecuencias mueren muchos caballos.
El herpesvirus equino no es una zoonosis, por lo que las personas no pueden contagiarse. Tampoco se puede transmitir a otras especies de animales. La excepción la constituyen únicamente los parientes cercanos del caballo, como los burros, mulas y burdéganos.
Interesante: una zoonosis es una enfermedad infecciosa que se puede transmitir de animales a personas y viceversa.
Lo que hace que el herpesvirus equino sea tan peligroso es el alto peligro de contagio entre caballos. Recuerda que los herpesvirus se pueden transmitir de un caballo a otro en el establo. Por eso es tan importante la higiene del establo en la prevención y eliminación de la enfermedad.
Los síntomas que presenten los caballos afectados dependen de varios factores. La forma del virus causante es importante en este sentido. Existen cinco variantes de herpesvirus, del EHV-1 al EHV-5.
El EHV-2 y el EHV-5 son herpesvirus gamma y son causantes de conjuntivitis en caballos. Además, existe la sospecha de que son los precursores de otras infecciones víricas y bacterianas del sistema respiratorio.
Las infecciones más frecuentes son las del EHV-1 y EHV-4, los herpesvirus alfa. Provocan abortos, enfermedades respiratorias y trastornos neurológicos.
El EHV-1 y el EHV-4 provocan un aborto espontáneo en el último tercio del embarazo de las yeguas. Algunas no presentan síntomas. En cambio, si se desarrolla la enfermedad en un criadero, existe el peligro de que se propague a todas las yeguas, provocando numerosos abortos.
En casos aislados, las yeguas paren potros débiles que mueren en dos días por la falta de tratamiento. En general, los abortos no perjudican la salud de las yeguas y estas pueden volver a quedarse embarazadas.
Si los virus infestan las vías respiratorias altas, la infección se manifiesta en forma de fiebre y cansancio. Los caballos comen menos y presentan secreción nasal transparente y, a veces, también tos.
Esta forma es una enfermedad autolimitada que no suele requerir tratamiento.
La forma neurológica del herpesvirus equino afecta al sistema nervioso y puede ocasionar síntomas muy intensos. Además de fiebre, los caballos suelen sufrir ataxia.
Si la gravedad aumenta, pierden la coordinación. A menudo sufren otros trastornos neurológicos, como problemas de micción y excreción, y muchos acaban muriendo.
Si sospechas que tu caballo se ha infectado del herpesvirus equino, debes aislarlo inmediatamente y llamar al veterinario.
Infórmate sobre las condiciones legales vigentes en tu país. Es posible que esta enfermedad sea de notificación obligatoria.
Los caballos con más de 38 grados de fiebre y sus vecinos directos son sospechosos. Para detectar una infección de EHV, el veterinario toma varias muestras de la nariz o de sangre.
En el laboratorio se analizan las muestras para detectar los virus mediante procedimientos biológico-moleculares, como test PCR y cultivos.
Interesante: la prueba de anticuerpos no sirve para detectar el herpesvirus equino porque muchos caballos tienen anticuerpos sin estar enfermos.
El tratamiento de una infección de EHV equino depende del tipo de virus y de la gravedad de la enfermedad. Las medidas más importantes son las dirigidas a aliviar los síntomas.
En la forma abortiva y respiratoria no suele requerirse ningún tratamiento. No obstante, el veterinario deberá controlar el útero después del aborto y legrarlo si es necesario.
En función de la gravedad, la forma neurológica puede requerir medidas más intensivas. Lo mejor es ingresar al caballo en una clínica especial donde lo puedan sujetar con redes y grúas para tratarlo. El procedimiento ulterior dependerá del cuadro clínico.
Muchos caballos se infectan de herpesvirus equino en edad de potro. No obstante, los virus a menudo permanecen ocultos en el organismo durante toda la vida.
Durante esta latencia, los virus son detectables en los órganos afectados, pero no provocan síntomas. Además, el caballo no segrega los virus durante la latencia.
Problema: el estrés puede reactivar los virus latentes en cualquier momento. Es entonces cuando aparecen los síntomas y la secreción de virus.
Los caballos enfermos y también los asintomáticos segregan los virus a través de las mucosas de las vías respiratorias altas. En contacto directo con otros caballos, existe un alto peligro de contagio.
Sin embargo, también pueden contagiarse por contacto indirecto con vectores, como escobas, almohazas o abrevaderos.
Los caballos que más virus segregan son los infestados con EHV y no vacunados. Se calcula que alrededor del ochenta por ciento de los caballos están infectados y son asintomáticos.
Interesante: el periodo de incubación, desde la infección hasta la aparición de los primeros síntomas, dura solo uno o dos días.
El curso del herpesvirus equino depende en gran medida de la forma vírica.
Para conservar la salud de tu caballo mucho tiempo, los cuidados preventivos son esenciales. Además, debes mantener a tus caballos separados, por ejemplo, no tener yeguas de cría, potros o caballos de competición juntos.
Aunque existe una vacuna contra el EHV, esta no protege completamente contra una infección y los síntomas asociados. Las pautas de vacunación de caballos recomiendan vacunar a los animales periódicamente para mitigar la propagación del virus y los síntomas.
La inmunización básica de los potros contra el EHV-1 y el EHV-4 se realiza a los seis meses. La vacuna vuelve a ponerse entre cuatro y seis meses después, y seis o siete meses después. A continuación, las vacunas de recuerdo se inoculan cada seis meses.
La vacunación de las yeguas gestantes con una vacuna EHV-1 viva se puede inocular el cuarto o quinto y el octavo mes del embarazo. Las vacunas inactivadas
Si el herpesvirus equino ha contagiado a tus caballos o lo sospechas, debes tomar medidas higiénicas para prevenir más infecciones. Toma nota de los consejos siguientes para impedir que los virus se propaguen aún más:
¿Tu caballo no se quiere mover de repente y cojea? En ese caso, toca llevarlo al veterinario. En este artículo te explicamos si puede tratarse de una infosura y qué significa esto para ti y tu caballo.