Infosura (laminitis) en caballos
¿Tu caballo no se quiere mover de repente y cojea? En ese caso, toca llevarlo al veterinario. En este artículo te explicamos si puede tratarse de una infosura y qué significa esto para ti y tu caballo.
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Unos cascos sanos son esenciales para el caballo y el jinete. Las dolorosas enfermedades de los cascos de los caballos limitan su movimiento y son muy temidas. Pero ¿qué enfermedades de los cascos de los caballos existen? ¿Qué las provoca y cómo se pueden evitar?
Ninguna parte del cuerpo de un caballo está expuesta a un estrés tan grande como los cascos. Llevan cargas pesadas, caminan, trotan, galopan por prados, caminos de grava y asfalto. No es de extrañar que las enfermedades de los cascos sean un problema casi cotidiano. Un casco intacto es fundamental para el bienestar y la calidad de vida del caballo, sin importar que se trate de un caballo de cría, de ocio o de competición. Por algún motivo existe el antiguo dicho «sin casco no hay caballo». Tener un caballo que no puede pisar bien por el dolor es un horror para el caballerizo. Pero ¿por qué se dan las enfermedades de los cascos de los caballos? ¿Cómo se pueden tratar y prevenir?
Para entender cómo aparecen las enfermedades de los cascos de los caballos y por qué hay tantas, conviene echar un vistazo a la anatomía del casco.
Detrás del estuche córneo exterior hay un sistema óseo compuesto por la falange distal, el hueso navicular y la falange medial. Este sistema se mantiene unido por numerosos ligamentos, tendones, cartílagos y la bursa sinovial. Todo esto se alimenta de innumerables vasos sanguíneos y células nerviosas.
La combinación de estructuras duras y elásticas proporciona un sofisticado mecanismo que funciona como amortiguador y estimula la circulación sanguínea. Con cada paso, el casco se deforma para proteger las articulaciones y para que el casco esté bien irrigado.
Un componente esencial del casco es la dermis, que controla la alimentación interna del casco, produciendo nueva materia córnea continuamente. La dermis está equipada con numerosos vasos sanguíneos y vías nerviosas.
Muchas enfermedades de los cascos de los caballos se deben a una inflamación de esta sensible dermis del casco. Debido a la inervación de esta zona, son muy dolorosas para el animal.
Existen numerosas enfermedades de los cascos de los caballos. Estas tienen diferentes causas y afectan a distintas zonas del casco. Aquí te exponemos las más habituales:
La podredumbre de la ranilla es una enfermedad bacteriana de la ranilla. Las causas pueden ser condiciones higiénicas deficientes, cuidados negligentes o incorrectos de los cascos o formas del casco no fisiológicas.
Un síntoma típico es una secreción negra parduzca y maloliente en los surcos de la ranilla. Las bacterias de la podredumbre van descomponiendo la materia córnea de la ranilla. Si la dermis del casco queda al descubierto, el caballo sufre fuertes dolores y una cojera severa.
Cuanto antes se diagnostique la enfermedad y se inicie el tratamiento, mejor será el pronóstico.
Una úlcera del casco es una infección bacteriana que suele producirse por la penetración de objetos. Las bacterias productoras de pus hacen que se forme un absceso que ejerce una gran presión en la dermis. Como consecuencia, el caballo cojea mucho repentinamente.
La infosura es una inflamación no purulenta y extremadamente dolorosa de la dermis. El suministro de sangre normal queda interrumpido. En el peor de los casos, se desprende todo el estuche córneo (pérdida del estuche córneo).
Según la causa, se distingue entre varios tipos, como la infosura alimentaria (comida incorrecta o tóxica) o infosura mecánica (sobrecarga).
Una grieta en la muralla es una fisura vertical en la materia córnea del casco. Los causantes son una materia córnea frágil (p. ej., por falta de hierro), desalineaciones de los cascos o sobrecarga. Estas grietas debe tratarlas el veterinario lo antes posible para evitar que aumenten y tenga lugar una infección.
El queratoma es un engrosamiento cónico de la superficie interior de la muralla. Ejerce una presión tan grande en la dermis y los huesos subyacentes que el tejido óseo se desgasta. En el peor de los casos, podría producirse una fractura ósea.
Un queratoma se produce por lesiones en el rodete coronario o una inflamación de la dermis del casco. El tratamiento habitual consiste en operar al caballo y colocarle una herradura ortopédica.
La región podotroclear está compuesta por el hueso navicular, una bursa sinovial y el tendón flexor digital profundo. La inflamación de la región podotroclear se produce por una sobrecarga de las extremidades anteriores. Por eso, es frecuente en caballos de salto.
También puede producirse por formas irregulares del casco, recortes descuidados de las barras del casco, talones huidizos o predisposición genética. Si se detecta demasiado tarde, es posible que ya no se pueda montar al caballo.
El hormiguillo consiste en una separación de las capas más internas de la muralla. La cavidad que se produce hace que penetre suciedad y bacterias en el casco, provocando una infección.
Las posibles causas son una mala materia córnea, una línea blanca dilatada, hemorragias en la muralla o sobrecargas crónicas.
El cáncer de ranilla no es un cáncer en el sentido estricto. Esto significa que no hay células cancerígenas en el casco ni se forman metástasis. El nombre designa una excrecencia de la dermis del casco en forma de coliflor similar a una excrecencia cancerígena.
En esta enfermedad, las células producen una masa pringosa y maloliente en lugar de la materia córnea normal. Según las áreas afectadas, puede ser cáncer de ranilla, de planta o de muralla, o bien una inflamación específica de la banda coronaria.
La enfermedad la provocan unos malos cuidados y suelos húmedos y sucios. El tratamiento suele ser muy largo.
El casco encastillado es una deformación del estuche córneo. Los talones estrechan la ranilla de tal modo que el casco ya no puede ensancharse en la llegada.
En función del tipo de deformación se distingue entre contracción de la corona, contracción del borde de soporte, talones encastillados o contracción de la planta. La consecuencia es dolor y cojera, que requieren tratamiento veterinario.
Cuando un caballo se nos acerca cojeando con mirada triste, a más tardar, debemos saber que algo no va bien. No obstante, si examinamos los cascos atentamente, podemos detectar precozmente las enfermedades de los cascos de los caballos.
La muralla del casco debería ser recta y lisa, sin fisuras, abolladuras ni surcos. Si detectas irregularidades en la materia córnea, pide cita con el herrador o el veterinario lo antes posible.
El rodete coronario, que marca la transición del pelaje a la materia córnea, permite averiguar la salud del casco. Debe ser igual de alto en todos los cascos y formar una línea recta.
En cambio, si el rodete coronario está elevado en un punto, esto probablemente indique una inflamación del casco.
La línea blanca bajo el casco, es decir, la sección en que el herrador clava los clavos, debe ser igual de ancha por todas partes y no presentar zonas rojas.
Si estás familiarizado/a con el tema, examina la disposición de la ranilla, los pulpejos y los talones. Si estas zonas no están suficientemente separadas o presentan hendiduras entre ellas, podría tratarse de un casco o talón encastillado.
Los caballos custodiados por personas dependen de unos cuidados regulares para soportar la carga de los distintos suelos. La causa más habitual de las enfermedades de los cascos de los caballos es un mal cuidado de los cascos.
Además, la limpieza de la cuadra también contribuye a la salud de los cascos. En un lecho húmedo con un clima caliente, las bacterias y los hongos están en su salsa.
No es raro que una enfermedad de los cascos se deba a una alimentación incorrecta. Una dieta no acorde a la especie o una sobrealimentación conducen rápidamente a déficits o sobredosis de ciertos nutrientes. Esto afecta a la salud de los cascos.
Obviamente, hay otros factores que favorecen la aparición de estas enfermedades y que el cuidador no puede controlar. Dos ejemplos son una herida o una piedra clavada en el casco al caminar.
Sin embargo, las personas provocan muchos de los problemas en los cascos. Y justamente ahí está el quid: quien se informe bien y evite errores de tenencia puede evitar muchas enfermedades de los cascos de los caballos.
Los aspectos más importantes de una tenencia acorde a la especie y una buena salud de los cascos son:
¿Tu caballo no se quiere mover de repente y cojea? En ese caso, toca llevarlo al veterinario. En este artículo te explicamos si puede tratarse de una infosura y qué significa esto para ti y tu caballo.