El noriker goza de una salud de hierro. Además, los caballos de origen alpino resisten muy bien el invierno con heladas y nieve al aire libre. Este caballo no es propenso a enfermedades, pero sí que puede sufrir malnutrición. Asimismo, hay que controlar el estado de los cascos, como con todos los caballos de sangre fría pesados.
Esperanza de vida
El noriker es una de las razas de caballo longevas. Puede vivir hasta veinte años o incluso veinticinco si goza de buena salud.
Propensión al sobrepeso
El noriker aún conserva mucho del caballo alpino primigenio que vivía en regiones montañosas yermas, no en pastos exuberantes. Por lo tanto, la raza es muy sensible a una sobrealimentación y a los problemas consiguientes, como eccemas e infosuras.
Es importante mantener un control constante de la dieta para garantizar su salud. Un forraje ligero y rico en fibras y minerales, además de mucho heno y paja son una buena mezcla. En la mayoría de casos, es mejor no darle comida altamente calórica.
Miopatía equina por almacenamiento de polisacáridos
El noriker puede sufrir la miopatía equina por almacenamiento de polisacáridos. Esta enfermedad hace que los carbohidratos ingeridos no se puedan metabolizar y que se depositen en los músculos. Como consecuencia, el caballo puede padecer agarrotamiento muscular, restricción del movimiento y cojera.
Es esencial que los animales afectados coman una dieta baja en calorías con pocos hidratos de carbono. No obstante, incluso con un tratamiento adecuado, la resistencia siempre quedará limitada.
Cascos y articulaciones de las rodillas delicados
El noriker es un caballo de carga y puede arrastrar pesos pesados. Sin embargo, su propio peso supone una carga permanente elevada para los cascos. Por lo tanto, hay que hacer que un herrador le examine los cascos periódicamente para combatir los problemas a tiempo.
Algo similar sucede con las articulaciones de las rodillas. Estos caballos presentan una predisposición genética a la luxación de estas articulaciones. Esto es muy doloroso para ellos y puede provocar daños graves en los ligamentos y requerir cirugía.
Si tu caballo está afectado, ponle una rodillera ortopédica regularmente para estabilizar la articulación. Así, evitarás que sufra episodios peores.
Piensa que si tu caballo cojea sin motivo aparente, es posible que las articulaciones de las rodillas estén afectadas. Habla con el veterinario al respecto.