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Un caballo alpino querido en todo el mundo: el haflinger es un caballo montañés bondadoso con muchas cualidades.
Melena rubia, ojos grandes y un paso firme, incluso en caminos pedregosos: un haflinger sabe cómo dejarte boquiabierto/a. Te explicamos todo lo que debes saber sobre este poni de las montañas y qué lo hace tan especial.
Desde que la raza haflinger inició su marcha triunfal desde el Tirol del Sur hasta el mundo entero, su color alazán se ha convertido en una característica inconfundible. Hoy en día existen diferentes gradaciones, desde el alazán claro hasta el tostado.
Se aspira a un color de base uniforme y una marca en la cabeza. En cambio, no se desean las marcas en las patas ni el pelaje ruano. La crin y la cola deben ser claras, lisas y sedosas.
Un caballo haflinger mediano pesa entre 400 y 600 kilos. Tiene una constitución proporcionalmente fuerte y rectangular, y una cabeza pequeña, pero elegante, que debe armonizar en la imagen global. En cambio, tiene los ojos grandes.
La alzada media del haflinger en todo el mundo es de hasta 155 centímetros. Sin embargo, el objetivo de los criadores alemanes es alcanzar una alzada de entre 138 y 148 centímetros.
Ni una cosa ni la otra. El haflinger pertenece al tipo de los ponis. No obstante, existen perfeccionamientos, como el llamado edelbluthaflinger (haflinger de sangre noble). Hoy en día se presentan en un libro genealógico propio. De hecho, las asociaciones Haflinger Pferdezuchtverband Tirol y Welt Haflinger Vereinigung obligan a la cría pura. Sin embargo, esta última admite una proporción de sangre externa de hasta el 1,56 por ciento.
En sus orígenes, el hogar del haflinger se encontraba en los paisajes montañosos del Tirol del Sur. Aquí, este caballo montañés adquirió un pelaje denso. Es un animal modesto y diligente con nervios de acero. Además, en el terreno exigente de los Alpes tiroleses, ha aprendido a avanzar con paso seguro manteniendo siempre la calma.
El haflinger es muy inteligente y se muestra intrépido y sociable. Por eso, se mantiene sereno incluso cuando un jinete inexperto da sus primeros pasos sobre su lomo. De hecho, este caballo establece un vínculo estrecho con su cuidador enseguida.
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Como es tan robusto, aunque bondadoso, el haflinger tiene hoy fama de caballo de paseo y familiar ideal. Con una buena formación, este es el poni idóneo para iniciar a los niños y principiantes en la equitación. No obstante, los adultos también pueden disfrutar dando excursiones con él por la naturaleza.
Originalmente, estos caballos se utilizaban como animales de trabajo. Hoy día, pueden con cargas pesadas y demuestran sus habilidades con alegría en la equitación y el enganche.
Gracias a su disposición para el aprendizaje y el trabajo, también disfrutan en competiciones menores de doma clásica, monta americana y salto. Lo importante es que los dos os lo paséis bien.
Ya sea un sol abrasador o nieve profunda, el haflinger está acostumbrado a condiciones climáticas extremas. Por eso, la tenencia de este caballo de montaña es menos difícil que la de otras razas. Sin embargo, al igual que los demás caballos, necesita mucho ejercicio y socialización.
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La oferta alimentaria en las montañas tirolesas es más bien modesta. Por eso, el caballo haflinger, al igual que el islandés, está acostumbrado a apañárselas con muy poca comida. Son auténticos transformistas. Incluso del entorno más árido y las briznas de paja más ínfimas son capaces de sacar el máximo de energía.
Un prado demasiado exuberante puede hacer que engorden fácilmente. Como asimilan extremadamente bien la comida, necesitan poco alimento concentrado. Si tu haflinger no desempeña tareas duras, basta con darle ocho kilos de forraje al día compuesto principalmente por heno de buena calidad.
Puedes complementarlo con minerales, oligoelementos y vitaminas. Con los suplementos alimentarios correctos, es muy fácil enriquecer el forraje.
Si te aseguras de que solo coma la cantidad que necesita, este caballo puede vivir treinta años o más. Además, la alimentación correcta puede prevenir infosuras, que sufren muchas razas de caballos.
Si buscas un caballo para principiantes con un carácter fuerte y mucha paciencia, con el haflinger no te equivocarás. En toda Alemania hay criadores que ofrecen yeguas, sementales y ejemplares castrados para el deporte y el ocio. Aquí te podrán asesorar profesionalmente sobre tu nuevo caballo.
El precio medio suele estar entre el rango bajo y medio de las cuatro cifras. Los potros son algo más económicos, pero requieren un buen adiestramiento por parte de un experto.
El primer potro de Haflinger nació en 1874 en el establo de Josef Folie. El semental, de nombre 249 Folie, provenía de una yegua de montaña y un semental árabe. Vivía en los Alpes del Tirol del Sur. La raza debe su nombre al municipio de Hafling de esta región, que actualmente lleva al caballo en su escudo.
La cría organizada dio comienzo en 1921. Hoy en día, estos caballos aún provienen en todo el mundo de siete líneas de sangre. Los países donde se practica más la cría son Austria, Italia y Alemania.
Inicialmente se utilizaba como caballo de tiro, pero evolucionó hasta convertirse en un caballo de trabajo versátil. Debido a su agilidad y paso seguro en terrenos peñascosos, los granjeros de los Alpes del Tirol del Sur confiaban en él para sus tareas rutinarias. Hoy día, el haflinger es un compañero de deporte y ocio moderno valorado por sus seguidores en todo el mundo.
Basta con mirar a los grandes ojos de estos preciosos caballos rubios para caer rendido a sus encantos. Además, estos ponis compactos impresionan a jinetes tanto expertos como principiantes por la serenidad que irradian.
Ya sea para dar paseos o practicar deporte, sobre el lomo de un haflinger podrás dar paseos en la naturaleza o participar en competiciones. En cualquier caso, estos ponis son compañeros ideales para todos los que busquen un caballo noble con clase.
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