El tarpán era el antiguo caballo salvaje europeo, que se extinguió a finales del siglo XIX. Los tarpanes actuales provienen de taxones reconstituidos que estéticamente se parecen mucho a los originales. No obstante, a nivel de carácter, el caballo tarpán moderno es mucho más manso y tiene poco en común con la especie extinta.
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El caballo tarpán está a gusto en compañía de otros caballos.
| Breve presentación: | Caballo pequeño primigenio con aspecto salvaje y carácter bondadoso, pero testarudo |
| Alzada: | 130-145 cm |
| Colores: | Sobre todo, bayo |
| Tipo: | Caballo pequeño |
| Origen: | Europa central |
| Aptitud: | Caballo de trabajo, paseo, tiro y pastoreo de terrenos naturales |
El caballo tarpán se extinguió en la segunda mitad del siglo XIX. Originalmente, se denominaba tarpán al caballo salvaje europeo, que se extendía desde el Atlántico hasta Rusia. Estos animales vagaban libremente en manadas naturales por los bosques y estepas de Europa.
La caza y los intentos fracasados de domesticarlos diezmaron la especie drásticamente en la Edad Media. Los animales en cautividad devenían apáticos, enfermaban y morían. Al último caballo tarpán libre lo abatieron en 1876.
¿Animal de explotación?
El caballo tarpán se utilizaba antiguamente como caballo de carga y trabajo, pero también como alimento. Lo cruzaron con caballos domésticos para contrarrestar un poco su naturaleza salvaje. De este modo, el patrimonio genético se mezcló cada vez más.
¿El caballo tarpán moderno es acaso un tarpán?
El caballo tarpán actual es un taxón reconstituido y, estrictamente hablando, no tiene nada que ver con el extinto. Fue Heinz Heck quien empezó a hacerlo en el zoo Hellabrunn de Múnich en la década de 1930. Además, los criadores polacos también experimentaron con ponis salvajes.
Valiéndose de ilustraciones, intentaron criar un caballo que se pareciera tanto a nivel estético como de carácter a los caballos salvajes originales. Hoy en día vuelve a haber tarpanes salvajes. Por ellos fluye la sangre de caballos de Przewalski, koniks, caballos de Dülmen y ponis islandeses, escandinavos y polacos.
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El caballo tarpán moderno surgió de cruces entre varias razas de caballos robustos. Para crear el taxón reconstituido se procuró que los nuevos caballos tuvieran un aspecto salvaje primitivo. Así, estos caballos constituyen la imagen ideal de un poni salvaje, incluida la franja dorsal y el pelaje hirsuto.
Con una alzada de entre 130 y 145 centímetros, el caballo tarpán es más bien pequeño, similar a un caballo islandés. Se añadimos a esto su peso de unos 250 kilos, obtenemos un aspecto compacto, pero no demasiado macizo.
La cabeza mediana es pesada y destaca por un espacio retromandibular fuerte, orejas pequeñas y un perfil acarnerado marcado. La frente ancha, el cuello fuerte y la grupa ligeramente descendente le confieren su carácter de caballo salvaje.
Todos los caballos tarpán son bayos, con unos pocos ejemplares con manchas blancas y negras. Casi siempre, el color del pelaje varía entre distintos tonos de amarillo y marrón. No obstante, los pelos y las marcas en los bayos siempre presentan un tono oscuro que hace contraste.
El pelaje tiene un poco menos de brillo y es más áspero que el de otros ponis. Es típica una franja dorsal oscura que se extiende por todo el lomo. En las patas tienen franjas transversales que recuerdan un poco a las rayas de las cebras. En las cuartillas presentan una pequeña mata de pelo.
El caballo tarpán es muy primigenio. Cada ejemplar es diferente y tiene sus ideas propias. La testarudez es su característica principal, con sus pros y sus contras. Estos caballos pueden ser muy simpáticos y cariñosos, pero también muy tozudos. Trabajar contra la voluntad de un caballo tarpán es sinónimo de fracaso.
Si eliges un caballo tarpán, te llamará la atención su curiosidad porque se siente atraído por todo lo nuevo. Si algo le gusta, se muestra entusiasmado y juguetón.
También es digno de mención el físico corpulento del caballo tarpán. Estos animales son buenos caballos de trabajo, muy modestos y estables. Sus nervios de acero les permiten mantener la calma en situaciones difíciles. La tranquilidad que irradian es realmente contagiosa.
¿Se puede montar un caballo tan salvaje? ¡Sí! Su inteligencia hace que sea apto incluso para la equitación y el enganche. Es buen observador y capta los ejercicios y las lecciones enseguida. Eso sí, convertir al poni salvaje en un caballo de silla fiable requiere mucha paciencia y una formación extensa.
Debido a su tamaño, calma y paciencia, el tarpán se utiliza mucho como caballo de paseo para niños. Debido a su tozudez, hay que vigilar a los niños cuando estén con él para poder intervenir a tiempo.
Para la mayoría de adultos con un peso normal, el caballo tarpán no es adecuado como animal de silla. No puede cargar mucho peso y, además, es muy pequeño. Para poder montarlo, el jinete no debe pesar más de cincuenta o sesenta kilos. Más no se le puede exigir al animal ni a su lomo.
Como este caballo no es muy grande y tiene un carácter tan primigenio, también se utiliza para cuidar la naturaleza. Se emplea de manera similar a las ovejas para cortar el césped. Las zonas verdes o los paisajes tipo parque se pueden llenar de caballos tarpán, que mantienen los pastos recortados.
El número debe elegirse de manera que la oferta alimenticia predomine en verano y compense las existencias limitadas del invierno. Así, la siega humana deviene totalmente innecesaria porque los animales asumen el mantenimiento de las zonas verdes todo el año.
El caballo tarpán tiene mucho del caballo salvaje en sí. Por eso, tenerlo en un box sin poder salir sería una tortura para él. Lo mejor es tenerlo en un grupo pequeño en un pasto extenso no demasiado graso. Conviene ofrecerle un cobijo para que pueda protegerse del mal tiempo sin renunciar a satisfacer sus ganas de moverse.
Importante: Si no puedes tener un grupo de caballos tarpán, asegúrate de tener al tarpán en un grupo de otras razas. La tenencia en solitario es impensable para estos ponis salvajes.
El caballo tarpán goza de una salud de hierro y no se le conocen enfermedades típicas. Dado que la raza está preparada genéticamente para la dieta frugal esteparia, en verano tiende a engordar en pastos grasos.
La base de la alimentación del caballo tarpán debe estar formada por hierba rica en fibra, heno y paja. Lo ideal sería tenerlo todo el año fuera para que se encargue de cuidar de las zonas verdes. Así, la oferta nutricional natural de los pastos regula su alimentación. En invierno vive de sus reservas y pierde la tripita que ha ganado en verano.
El caballo tarpán tiene un pelaje muy denso y resistente a la intemperie. Este pelaje lo protege del fuerte viento y de las precipitaciones, que lo enfrían y aumentan el riesgo de resfriado. Unos cuidados insuficientes del pelaje alterarían el equilibrio natural del pelo y la piel. En época de muda, conviene ayudarlo un poco y limpiarlo con un cepillo.
Como muchas otras razas de caballo, el tarpán también es sensible a los suelos muy húmedos. Una humedad permanente reblandece los cascos y puede destruir su sustancia y favorecer las infecciones fúngicas y bacterianas.
Si sospechas de estas infecciones, debes acudir al veterinario lo antes posible. Por este motivo, es importante que el caballo siempre pise superficies secas. En caso de duda, esparce lecho por el suelo, como paja.
En España no hay muchos criadores de este caballo, pero a buen seguro que en Europa encontrarás alguno. Por un caballo sano y bien educado se suelen pedir entre 3000 y 5000 euros.
Los ejemplares destacados y con una formación sobresaliente cuestan aún más. Para la compra, es importante una documentación exhaustiva de las líneas de cría y un estado de salud intachable.
El caballo tarpán es muy especial y no está demasiado extendido. Antes de comprarlo, conviene que hayas acumulado algo de experiencia con caballos. El carácter primigenio y, a veces, terco de este animal lo convierte en un caballo para expertos. Si valoras su robustez e inteligencia, y no te asusta su naturaleza salvaje, descubrirás ese algo que tiene que lo hace tan especial.
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