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Serenos y versátiles: los caballos sangre caliente fascinan a amantes de los caballos de todo el mundo.
Las razas de tipo sangre caliente son éxitos de exportación y famosas en todo el mundo en el ámbito de los torneos y el ocio. Aúnan lo mejor de dos mundos, ya que tienen muchas características de los sangre fría y los purasangres. Te explicamos qué más cualidades tiene un caballo sangre caliente en nuestra ficha.
Los amantes de los caballos saben que las distintas razas se clasifican en categorías. El caballo sangre caliente es una de ellas. Si un caballo es un sangre fría, sangre caliente o purasangre no depende de la temperatura de su sangre ni de su cuerpo. Los sangre fría son grandes y fuertes. En cambio, los purasangres son muy esbeltos y alcanzan grandes velocidades al galope.
En cambio, un caballo sangre caliente aúna varias características de los purasangres y los sangre fría. Por lo tanto, se encuentra en el justo medio en muchos sentidos. Aunque es más rápido que un sangre fría, es inferior a los purasangres en tramos largos. Además, es más pesado que el purasangre e igual de musculoso, pero menos macizo y fuerte que el sangre fría.
Su apariencia es armoniosa y elegante. Además, el tamaño de un caballo sangre caliente también está equilibrado. La alzada típica se sitúa entre los 150 y los 180 centímetros.
La cabeza recta y marcada con una crin larga y densa es otro rasgo típico de estos caballos. Al igual que a los purasangres, la cola de inserción alta les confiere un aspecto majestuoso. En cuanto al color del pelaje, se encuentran casi todas las variantes, desde alazán hasta tordo. Algunas razas de caballo sangre caliente también tienen ejemplares píos.
Cuatro de las más famosas son el hannoveriano, el holsteiner, el westfaliano y el trakehner. Sus nombres ya sugieren dónde se cría principalmente cada raza.
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El caballo sangre caliente es, por así decirlo, el perrito faldero de los caballos. Su cordialidad y apego lo convierten en un compañero ideal para los amantes de los caballos.
En su carácter aúna muchos rasgos positivos de los sangre fría y los purasangres. Por ejemplo, un sangre caliente tiene una pizca más de temperamento que un sangre fría. Sin embargo, es más tranquilo que un purasangre.
Gracias a su afabilidad y simpatía, se deja educar por las personas de buena gana. Trabaja con ellas diligentemente y es inteligente y ávido de aprender, casi como un perro que disfruta aprendiendo trucos nuevos.
Como el caballo sangre caliente aprende enseguida y muestra una gran ambición, tiene muchos talentos. Las disciplinas en las que más destaca son el concurso completo, la doma clásica, el enganche y el salto. No obstante, también es popular como caballo de silla, familiar o de terapia.
Cada una de las razas tiene sus puntos fuertes. Por ejemplo, un sangre caliente polaco es idóneo para el concurso completo y el salto. Uno bávaro es versátil y flexible, y un caballo familiar ideal. Por su parte, el andaluz es un compañero perfecto para principiantes. Eso sí, a nivel deportivo no hay casi ninguna raza que se acerque a los éxitos del hannoveriano. Estos caballos ganan muchas medallas de oro olímpicas.
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Entre las numerosas razas de caballo sangre caliente hay tres que destacan, que son:
Estas razas se caracterizan por una constitución muy fuerte. Su cría para el tiro de carruajes o el arado tiene una larga tradición. Después de que estos pesados caballos estuvieran casi extinguidos a mediados del siglo XX, los criadores apasionados pudieron conservarlos hasta hoy.
Hacer mucho ejercicio hace que un caballo sangre caliente deportista se sienta de maravilla. Además, necesita contacto con otros caballos.
Puedes ofrecerle ambas cosas a tu caballo con la estabulación libre. Como un caballo sangre caliente es menos propenso a enfermedades que otras razas, en este tipo de cuadra estará estupendamente.
Además, al ser tan apegado, apreciará tus atenciones y mucho entretenimiento para no aburrirse.
Las razas de caballo sangre caliente son buenas asimiladoras de comida. Por eso, la mayoría no necesitan pienso concentrado aparte del forraje rico en fibra bruta. El heno y la paja deben constituir la base de su dieta y estar a su entera disposición, por ejemplo, en una red para heno. La base alimenticia se debe complementar con vitaminas y minerales.
Asegúrate de no sobrealimentarlo, ya que asimila bien la comida y es propenso al sobrepeso. Un caballo sangre caliente pesado que trabaje mucho necesita un plan dietético adaptado a sus necesidades. Lo mismo se puede decir si hace deporte, como, por ejemplo, salto.
La cría de razas de caballo sangre caliente es muy flexible porque muchas de ellas tienen un libro genealógico abierto. Por eso hay tantos caballos de este tipo que son muy robustos y resistentes. Pueden soportar grandes cargas tanto físicas como psicológicas. Sin embargo, necesitan tantos cuidados y atenciones como todas las demás razas.
Con un trato cariñoso y una alimentación equilibrada, un caballo sangre caliente puede vivir veinte años. También hay casos excepcionales en que los animales han cumplido los veinticinco años.
Por cierto: Se han dado muy pocos casos de caballos sangre caliente que hayan vivido más de treinta años. Por ejemplo, la yegua de Hesse Alicante tiene 34 años.
¿Te fascinan el carácter y las habilidades deportivas del caballo sangre caliente? Si quieres comprarte uno, lo tendrás fácil porque hay unas cien razas de distintos rangos de precio. Si investigas un poco, seguro que encontrarás uno que se ajuste a tus gustos.
A nivel de precios, el abanico también es grande. Un caballo sangre caliente joven suele situarse en el rango bajo de cuatro cifras. Eso sí, los caballos entrenados con un buen pedigrí son bastante más caros. Puedes comprarlo directamente a un criador o a un particular. También los encontrarás en mercados y subastas.
Como con todos los caballos, infórmate ampliamente y reflexiona sobre cómo quieres usarlo. Tómate el tiempo que necesites para conocer mejor a tu futuro amigo.
Si buscas un caballo deportista, seguramente te preguntarás qué opción es mejor: ¿un purasangre o un sangre caliente? Esta decisión depende, sobre todo, de para qué quieras utilizar al caballo.
El purasangre es un caballo de carreras mejor, pero su tenencia y carácter son más exigentes. Los principiantes harán bien en elegir un caballo sangre caliente porque es más tranquilo y un buen caballo de paseo.
Los campesinos europeos ya criaban caballos para la agricultura en el siglo XVIII. De hecho, la cría del hannoveriano se remonta al siglo XVI. Al principio, el más extendido era el caballo sangre caliente con un matiz de sangre fría. Al cruzar caballos árabes, en el siglo XIX lo hicieron cada vez más ágil, elegante e interesante para el Ejército.
Hoy en día, la cría de caballos sangre caliente es más flexible que la de los purasangres. También se pueden cruzar otras razas. Por eso, en la cría de estos caballos se utiliza un libro genealógico abierto. Aquí se pueden inscribir caballos aunque sus padres no estén registrados.
Con su gran diversidad de razas y carácter afable, el caballo sangre caliente tiene muchos fans en todo el mundo. Es ideal para varios deportes, desde doma clásica hasta enganche, así como para principiantes y como caballo de paseo.
Eso sí, hay que tener mucho tiempo y estar dispuesto/a a invertir en una tenencia acorde a la especie. El caballo te lo agradecerá con su naturaleza irresistible y su enorme cariño.
El caballo frisón es uno de los caballos más antiguos de Europa y también uno de los más caros. Sus elegantes movimientos convierten a este majestuoso holandés en un caballo de carruaje y doma codiciado. Sin embargo, su asombrosa estatura hace que no sea apto para principiantes.
El caballo cuarto de milla es la raza más extendida del mundo. De hecho, muchos caballos famosos de películas son de esta raza. Dos ejemplos son Black Beauty, de la película homónima de 1994, y Pilgrim, de El hombre que susurraba a los caballos. Además, este caballo ágil, rápido y versátil no solo da la talla delante de la cámara.
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