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La larga y ondulante melena es la marca registrada del caballo frisón.
El caballo frisón es uno de los caballos más antiguos de Europa y también uno de los más caros. Sus elegantes movimientos convierten a este majestuoso holandés en un caballo de carruaje y doma codiciado. Sin embargo, su asombrosa estatura hace que no sea apto para principiantes.
El caballo frisón presenta una alzada imponente de hasta 175 centímetros. Las yeguas miden entre 155 y 165 centímetros. En cambio, los sementales solo se admiten para la cría a partir de los 158 centímetros.
Este imponente animal pesa entre 520 y 770 kilos.
Una particularidad de esta raza es el cuello alto y arqueado donde se asienta una cabeza más bien pequeña. Tiene unos ojos oscuros, grandes y cordiales.
El pecho ancho, el lomo proporcionalmente corto y la grupa, a menudo dividida y descendente, le confieren una silueta especial.
La constitución del caballo frisón es compacta y musculosa. Además, se distingue entre el tipo deportivo y el barroco. Los frisones deportivos son más grandes y esbeltos, mientras que los barrocos son más fuertes, pero elegantes y garbosos. Pese a su aspecto barroco, el caballo frisón es un sangre templada.
El pelaje de esta raza siempre es negro. Solo se crían caballos negros, lo que le valió el apodo de perla negra. No se admiten marcas blancas, aunque es frecuente que haya ejemplares alazanes. Sin embargo, los sementales que heredan un color rojizo se descartan de la cría.
Es típica la melena larga, a menudo ondulada, así como la cola y el pelaje de los cascos tupidos. A veces se los designa como caballos de pelo largo.
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Esta raza neerlandesa es pacífica, apegada a las personas y sensible. Tiene unos nervios de acero, una gran rapidez de aprendizaje y una enorme diligencia.
Sin embargo, algunos ejemplares utilizan su inteligencia para tomar sus propias decisiones. Por eso, es necesario que el jinete practique un adiestramiento perseverante. De lo contrario, el bondadoso y simpático frisón podría mostrar su cara testaruda.
Aunque se suele describir a estos caballos como tranquilos y pacientes, tienen mucho temperamento y un impulso saludable de avanzar. Su marcha es dinámica y está marcada por una elevada acción de las rodillas.
Debido a estos movimientos exaltados, los pasos del caballo frisón no siempre son fáciles de acompañar. Por eso, no es un caballo apto para principiantes.
Debido a su aspecto majestuoso, este sangre templada barroco era un caballo muy apreciado para los carruajes. Aún hoy, algunos siguen dando la talla en el tiro. Sus movimientos amplios al paso y al trote delante del carruaje son impresionantes.
En la actualidad, estos caballos son muy populares para la monta y la equitación de ocio. No obstante, su estatura compacta y el cuello alto hacen que sean difíciles de montar.
Además, a veces les cuesta equilibrarse y arquear el lomo. Por eso, el jinete debe corregir la tendencia del caballo a enroscarse. Montar un caballo frisón requiere algo de práctica.
Estas bellezas de azabache tienen otras virtudes, como la doma clásica, el circo y la alta escuela. Gracias a su fiabilidad y templanza, también son excelentes caballos de exhibición y cine.
En cambio, son menos aptos para la competición, especialmente para las carreras y los saltos. Tampoco son los mejores para la monta de caza.
Como animal sociable que es, el caballo frisón prefiere vivir en un grupo estable. Necesita hacer mucho ejercicio y es apto para la tenencia en un establo abierto.
El frío no le afecta, pero hay que proporcionarle protección contra el mal tiempo. En verano debe contar con una zona de sombra, ya que el pelaje negro se calienta fácilmente.
Es importante saber que el caballo frisón tiene una demanda energética más baja que otros caballos de sangre templada. No obstante, hay que proporcionarle los minerales, vitaminas y oligoelementos que necesita para un pelaje brillante y una melena saludable.
Por lo tanto, la dosificación del alimento concentrado requiere buen ojo. Una cantidad de comida insuficiente puede provocar déficits, pero los excesos favorecen el sobrepeso y los problemas de piel.
Debido a los pelos de la parte posterior del menudillo, el caballo frisón es propenso a la irritación del menudillo. Por eso, hay que cepillarle y esquilarle el pelaje de las cuartillas con frecuencia. La larga melena y la frondosa cola también requieren muchos cuidados.
Dato interesante: la alta acción de las rodillas puede ocasionar problemas de rodilla. Se observan muchas luxaciones de rótula en esta raza, que suceden cuando la rótula se sale de su posición. Es posible que esta predisposición sea congénita.
El caballo frisón es una de las razas más antiguas de Europa y proviene de la provincia neerlandesa de Frisia.
El origen de esta raza se remonta a hace más de 1000 años. Julio César y el historiador romano Tácito ya habrían mencionado a estos garbosos caballos en su época.
Los caballos ibéricos que se cruzaron durante la ocupación española de los Países Bajos contribuyeron enormemente a la evolución del frisón actual. En los siglos XVI y XVII se cruzaron caballos españoles con caballos de sangre fría holandeses, dando pie a la cría moderna del caballo frisón.
Por ejemplo, el cuello arqueado y la elevada acción de rodilla se los debe al caballo andaluz. Sus elegantes movimientos convierten al caballo frisón en un animal de carruaje representativo para la nobleza.
En el siglo XVIII, el interés por esta raza neerlandesa decayó y el caballo frisón estuvo a punto de extinguirse. El libro de familia oficial de la raza existe desde 1879, pero en 1913 solo había tres sementales de cría anotados.
Los criadores de caballos se esforzaron muchísimo por salvar la raza y difundirla por toda Europa. Hoy en día se practica la cría pura. Esto significa que, desde los cruces con caballos españoles, ya no se usan otras sangres.
El árabe-frisón, que se cría desde la década de 1960, es muy especial. Cuenta con una parte de sangre árabe que hace del frisón barroco un caballo más atlético y eficiente. Sin embargo, a nivel visual es casi imposible diferenciarlos.
En los Países Bajos sigue habiendo criadores reputados, pero también se crían caballos frisones en otros países europeos.
El precio es relativamente alto y depende del origen, la edad, el sexo y la formación del animal. En general, el precio de un ejemplar sano de cría seria oscila entre los 5000 y los 15 000 euros.
Por su aspecto majestuoso, su melena frondosa y su pelaje negro brillante, el caballo frisón es muy especial. Sin embargo, para montarlo correctamente se requiere experiencia y habilidad.
El caballo frisón es uno de los caballos más antiguos de Europa y también uno de los más caros. Sus elegantes movimientos convierten a este majestuoso holandés en un caballo de carruaje y doma codiciado. Sin embargo, su asombrosa estatura hace que no sea apto para principiantes.
El caballo cuarto de milla es la raza más extendida del mundo. De hecho, muchos caballos famosos de películas son de esta raza. Dos ejemplos son Black Beauty, de la película homónima de 1994, y Pilgrim, de El hombre que susurraba a los caballos. Además, este caballo ágil, rápido y versátil no solo da la talla delante de la cámara.
El caballo appaloosa es famoso por ser una raza de caballo india. Además de la apasionante historia de su origen, este caballo moteado tiene otras particularidades. Sigue leyendo para conocer estos animales únicos y saber por qué son caballos de ocio y familiares tan populares.
