Encantada
No le tenía muchas esperanzas en que fuera a gustarle, pero le ha encantado. Se pega unas carreras tremendas de un lado al otro y acecha a sus juguetes, sobre todo a sus pelotitas, aprovechando para esconderse dentro.
Eso si, recuerda retirarselo por la noche, que hace ruido cuando los gatetes lo usan.